miércoles, 16 de diciembre de 2009

Radical mejora en la productividad duplicaría el ingreso per cápita chileno al 2020

El introducir mejores prácticas y regulaciones le permitiría al país crecer a un promedio de 6,3% y llegar a un ingreso per cápita de US$ 27.400, equivalente al que tiene en la actualidad Nueva Zelandia. En exclusiva, una de las consultoras más importantes del mundo revela los resultados de un estudio sobre uno de los principales obstáculos para que Chile pueda acelerar su ritmo de crecimiento económico.

En Chile, la restricción horaria que tienen los bancos, el engorroso y lento proceso de apertura de nuevos locales en el retail y la baja estandarización de materiales y medidas en la construcción, son algunas de las prácticas que merman la productividad y que están impidiendo que el país crezca a tasas más aceleradas.

Los expertos de McKinsey, una de las consultoras más importantes del mundo, se abocaron de manera independiente a la tarea de dimensionar la brecha de productividad laboral -entendida como el PIB por hora trabajada- que separa a Chile de un país referente en el mundo, como Estados Unidos.

Para lograr un diagnóstico en profundidad, analizaron prácticas y normativas en cinco sectores de la economía chilena. Determinaron, entre otras cosas, que actualmente la productividad laboral de Chile equivale al 34% de la estadounidense. Con medidas abordables en el corto y mediano plazo, proponen, se puede alcanzar el 76% de la productividad de los Estados Unidos.

Mejorar lo que se hace en forma menos eficiente puede traer un resultado atractivo para el país. McKinsey proyectó que Chile podría duplicar su PIB por habitante (corregido por poder de compra) desde valores cercanos a los US$ 14 mil actuales hasta los US$ 27.400 en 10 años más (en 2020).

Además, incrementar la productividad laboral permitiría un crecimiento promedio anual de 6,3%.

Esta proyección de US$ 27.400 es US$ 8.500 más alta que si la productividad de la economía se mantiene creciendo a los ritmos moderados que ha mostrado en la última década.


La agenda país

La relevancia de los resultados llevó a que McKinsey compartiera las conclusiones de su trabajo con la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y el Consejo para la Innovación. Como resultado, las tres instituciones darán a conocer mañana jueves el detalle de este análisis en un seminario organizado por Icare (ver recuadro).

La idea final es que los líderes públicos y privados diseñen una estrategia global y transversal que derive en un "programa país". Las metas deberían ser ambiciosas para conseguir lo que han llamado "CHILE X 2".

Este último año, la agenda país ha estado más concentrada en solucionar problemas contingentes como enfrentar la crisis económica mundial.

Pero una vez que el mundo se estabilice, la productividad y la competitividad deberían volver a estar en el centro de las preocupaciones. Y Chile en ese sentido tiene camino avanzado, pero los pasos podrían retomar el vigor de décadas anteriores.

Entre 1996 y 2000, la productividad por hora trabajada en Chile creció a una tasa de 5,9%. Sin embargo, desde el comienzo de esta década su velocidad de expansión disminuyó a 0,9%.

Minería se destaca

La productividad promedio de Chile es de 34% de la que muestran los Estados Unidos. Sólo la minería supera la que existe en ese país norteamericano.

Por el contrario, los sectores del comercio, los servicios a empresas, la agricultura y la pesca son los que presentan un mayor rezago.

El documento de McKinsey aborda detalladamente también los rubros de minería, banca retail, construcción habitacional, faenas de carne bovina y el retail .

Mejorar la productividad no es fácil, pero tampoco imposible. Hay decisiones que pueden surtir efecto en el corto y en el mediano plazo. McKinsey identificó tres áreas que deben ser trabajadas en conjunto: excelencia operacional de las firmas, regulaciones sectoriales y laborales y los cambios culturales que se requieren.

En esta línea, los negocios pueden mejorar y estandarizar los procesos operativos, con el consiguiente aumento de producción.

En el mundo privado chileno deben potenciarse también las prácticas de gestión en cada una de las industrias. Junto con ello, los particulares deben fortalecer las capacidades técnicas y de conocimientos en el área de sus operaciones.

Las medidas deben tener un foco en revisar las regulaciones sectoriales que faciliten la labor de las industrias.

Las autoridades deben reducir las barreras administrativas para concretar inversiones y negocios y garantizar que existan las condiciones para una competencia justa. Un requisito importante es también flexibilizar el mercado laboral.

No todo pasa por la forma de hacer negocios y el marco regulatorio. Hay variables cualitativas que son igual de relevantes en esta misión de incrementar productividad. Aspirar a más es una meta que está inserta dentro de los cambios culturales.

Lo mismo en el terreno de romper paradigmas que limitan el crecimiento como la falta de confianza y cooperación tanto entre privados como con el sector público. El dominio de otros idiomas debe sumarse al objetivo de integrarse al mundo.

Y el emprendimiento debe valorarse socialmente y no castigarse tanto los fracasos asociados a iniciar nuevas actividades de negocios.

LA PRODUCTIVIDAD laboral de Chile es equivalente a un tercio de la existente en Estados Unidos.

LOS SECTORES más rezagados en la materia son el comercio, servicios, agricultura y pesca.

Repercusión empresarial

"Productividad: la batalla que viene", es el nombre que Icare dio al seminario en el que se presentará este jueves el estudio de McKinsey.

La apertura de la actividad estará a cargo de Patricio Parodi, presidente del directorio de Icare.

La relación entre productividad e innovación será el tópico que desarrollará Eduardo Bitrán, presidente del Consejo Nacional de Innovación para la Productividad.

El estudio de McKinsey será presentado por Xavier Constantini, socio de la firma consultora y Alex Horvitz, director de la misma empresa.

Complementarán la mirada Klaus Schmidt-Hebbel, académico de la UC; Enrique Ostalé, gerente general de D&S, y Fernando Cañas, gerente general del Banco de Chile.

El cierre del evento estará a cargo de Rafael Guilisasti, presidente de la CPC

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